La Sagrada Familia, de A. Gaudí.
La Sagrada Familia, de A. Gaudí.
Un avanzado a su tiempo, único. Hombre de fe, gran observador de la naturaleza y arquitecto genial,
Antoni Gaudí se ha convertido en una figura universal de la arquitectura moderna.
Antoni Gaudí se ha convertido en una figura universal de la arquitectura moderna.
Antoni Gaudí, una de las figuras más universales de la cultura catalana y de la arquitectura internacional, dedicó más de cuarenta años al proyecto del templo de la Sagrada Familia.
Aparte de la Sagrada Familia, el proyecto más importante de su vida, ha dejado otras obras singulares, como el Park Güell, la Casa Vicens o la Casa Batlló, así como la Cripta de la Colonia Güell (Santa Coloma de Cervelló) o el Palacio de Astorga y la Casa Botines (Castilla y León), entre otros.
A Gaudí le fue encargada la obra de la Sagrada Familia cuando tenía solo 31 años, y durante los últimos doce de su vida vivió completamente entregado a su gran vocación: servir a Dios a través de la arquitectura.
El legado arquitectónico que más fama y revuelo mundial ha dado a Antoni Gaudí y, por extensión, a la ciudad de Barcelona, es el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia. La gracia y la singularidad del edificio se encuentran, básicamente, en la transformación radical que el artista hizo del proyecto neogótico inicial, hasta convertirlo en un templo monumental de dimensiones gigantescas.
Una vez asume el proyecto, Gaudí finaliza la cripta en seis años y empieza las obras del ábside, que cogen velocidad gracias al buen ritmo en la recepción de donativos. Precisamente será la llegada de una aportación anónima muy cuantiosa la que hará replantear los planes que tenía el artista. Desestima el antiguo proyecto neogótico y propone uno nuevo, más monumental y, sobretodo, plenamente innovador tanto en las formas y en las estructuras como en la construcción.
El proyecto soñado por Gaudí consiste en una iglesia de grandes dimensiones con planta de cruz latina y torres de gran altura. La importante carga simbólica, desde el punto de vista arquitectónico y escultórico, nace en la voluntad de ser una explicación catequética de las enseñanzas de los Evangelios y de la Iglesia.
Desde el año 1914, Gaudí abandona cualquier otro proyecto y se dedica exclusivamente a la construcción de la Sagrada Familia, hecho que explica que en el currículum de los últimos años de su vida no figuren trabajos importantes. Su implicación es tan grande que llega a residir los últimos meses al lado de su obrador, un espacio situado al lado del ábside y acondicionado como taller de maquetas a escala, diseños, estudio de esculturas y espacio para pruebas fotográficas.
En 1923 proyecta la solución definitiva de las naves y cubiertas, pero las obras, en aquel período, avanzan lentamente. A finales de 1925 se acaba la construcción del primer campanario de la fachada del Nacimiento, dedicado a san Bernabé, y con una altura de cien metros. Este es el único que Gaudí ve construido, ya que el 10 de junio de 1926 muere como consecuencia de un trágico accidente sufrido tres días antes, al ser atropellado por un tranvía. El día 12 es enterrado en la capilla del Carme de la cripta de la Sagrada Familia, donde aún hoy reposan sus despojos. Durante los últimos años de trabajo de Gaudí en el templo, dispuso de un numeroso grupo de arquitectos, dibujantes, escultores y modelistas para afrontar el proyecto.
(10). La última obra comentada será la correspondiente al Arte del siglo XX. La que te coca a ti es: El Profeta de Pablo Gargallo.
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