Jaime Valero Gil

El Barroco español: Plazas Mayores de Madrid y Salamanca



Arquitectura barroca en Españaarquitectura barroca española o arquitectura del Barroco español son denominaciones historiográficas habitualmente utilizadas​ para la arquitectura del Barroco que se produjo en el territorio actual de España durante el siglo XVII y los dos primeros tercios del siglo XVIII, periodo histórico correspondiente a distintas conformaciones territoriales de la Monarquía Hispánica de los últimos Austrias y los primeros Borbones. Para la arquitectura española en la América española de la época se suele utilizar el término Barroco colonial 


La Arquirectura del siglo XVII

En la Corte, durante el siglo XVII, se cultivó un barroco autóctono con raíces herrerianas, basado en la construcción tradicional con ladrillo y granito, y el uso de empinados chapiteles o cubiertas de pizarra, que se rastrea en el llamado Madrid de los Austrias. El principal representante de esta línea fue Juan Gómez de Mora. También destacaron los religiosos Fray Alberto de la Madre de Dios, autor del monasterio de la Encarnación de Madrid y de los templos de Lerma, Pedro Sánchez, autor de la iglesia de San Antonio de los Alemanes, el hermano Francisco Bautista, inventor de un quinto orden arquitectónico, compuesto de dórico y corintio e introductor de las cúpulas encamonadas teorizadas por Fray Lorenzo de San Nicolás, a quien se debe, entre otras, la iglesia de las Calatravas. Buenos ejemplos del momento son la Plaza Mayor y el Palacio del Buen Retiro. Este último, obra de Alonso Carbonel, fue casi totalmente destruido durante la Guerra de la Independencia Española, aunque sus jardines aún se conservan parcialmente en el Parque del Buen Retiro y algunas de las partes supervivientes se convirtieron en el Casón del Buen Retiro y el Museo del Ejército. Otras muestras de este sobrio estilo barroco del siglo XVII son la Casa de la Villa, el Palacio de Santa Cruz, el Palacio de los Consejos, las iglesias de San Martín, de San Andrés, de San Ildefonso de Toledo, de Montserrat, de San Isidro y los Estudios jesuíticos anejos, el Monasterio de la Encarnación, las Descalzas Reales, el convento de las Calatravas, de las Comendadoras de Santiago, etc.





                                                                        Juan de Mora



                                                   Iglesia de San Antonio de los Alemanes





PLAZA MAYOR DE MADRID


Los inicios de la plaza se remontan al siglo xvi, cuando en la confluencia de los caminos (hoy en día calles) de Toledo y Atocha, a las afueras de la villa medieval, se celebraba en este sitio, conocido como «plaza del Arrabal», el mercado principal de la villa, construyéndose en esta época una primera casa porticada, o lonja, para regular el comercio en la plaza.
En 1580, tras haber trasladado la corte a Madrid en 1561, Felipe II encargó el proyecto de remodelación de la plaza a Juan de Herrera, comenzándose el derribo de las «casas de manzanas» de la antigua plaza ese mismo año. La construcción del primer edificio de la nueva plaza, la Casa de la Panadería, comenzaría en 1590 a cargo de Diego Sillero, en el solar de la antigua lonja. En 1617, Felipe III, encargó la finalización de las obras a Juan Gómez de Mora, quien concluirá la plaza en 1619.

Juan de Mora es el Autor del que hemos hablado antes.



La plaza Mayor ha sufrido tres grandes incendios en su historia, el primero de ellos en 1631, encargándose el mismo Juan Gómez de Mora de las obras de reconstrucción. El segundo de los incendios ocurrió en 1670 siendo el arquitecto Tomás Román el encargado de la reconstrucción. El último de los incendios, que arrasó un tercio de la plaza, tuvo lugar en 1790, dirigiendo las labores de extinción Sabatini. Se encargó la reconstrucción a Juan de Villanueva, que rebajó la altura del caserío que rodea la plaza de cinco a tres plantas y cerró las esquinas habilitando grandes arcadas para su acceso. Las obras de reconstrucción se prolongarían hasta 1854, continuándolas, tras la muerte de Villanueva, sus discípulos Antonio López Aguado y Custodio Moreno.
En 1848, se colocó la estatua ecuestre de Felipe III en el centro de la plaza, obra de Juan de Bolonia y Pietro Tacca que data de 1616.
En 1880, se restauró la Casa de la Panadería, encargándose Joaquín María de la Vega del proyecto. En 1921 se reformó el caserío, trabajo a cargo de Oriol. En 1935 se realizó otra reforma, llevada a cabo por Fernando García de Mercadal. En la década de 1960 se acometió una restauración general, que la cerró al tráfico rodado, sustituyó la teja árabe de los tejados por pizarra y habilitó un aparcamiento subterráneo bajo la plaza. La última de las actuaciones en la plaza Mayor, llevada a cabo en 1992, consistió en la decoración mural, obra de Carlos Franco, de la Casa de la Panadería, que representa personajes mitológicos como la diosa Cibeles.




PLAZA MAYOR DE SALAMANCA

La primitiva plaza nació de forma natural en una campa en la que se comerciaba, junto a la antigua Puerta del Sol de la muralla salmantina y, por encontrarse allí la iglesia de San Martín, fue conocida desde el siglo xv como plaza de San Martín.2​ Esta plaza era mucho más grande que la actual plaza Mayor, casi cuatro veces más y se extendía no solamente por la actual plaza, sino que comprendía la plaza del [[Mercado Central de Salamanca |mercado]], la del Corrillo y la del Poeta Iglesias, siendo considerada como "La plaza más grande de la cristiandad", en la cual se realizaban simultáneamente todas las funciones de una plaza (fiestas, mercado, etc.).




La idea de su construcción proviene del empeño administrativo del corregidor andaluz Rodrigo Caballero que a la edad de sesenta años logró convencer al Ayuntamiento de la necesidad de una plaza más armónica y acorde con las corrientes urbanísticas de la época. En 1724 se segregó de la plaza primitiva y se comenzó a construir una plaza al estilo de la de Madrid, por el arquitecto Alberto de Churriguera, trasladándose a ella el Ayuntamiento (las Casas Consistoriales) lo que le dio el rango de plaza mayor. Muerto Churriguera, terminó la obra Andrés García de Quiñones (1755). Desde el punto de vista estético, la de Salamanca mejora claramente su modelo, no solamente por el material empleado (piedra franca de Villamayor con su color dorado característico), sino por sus proporciones, mucho más armoniosas y por ser completamente cerrada. Hay que tener en cuenta, que por entonces la de Madrid tenía dos plantas más y no estaba del todo cerrada: tras sufrir un incendio en 1790 (más de tres décadas después de terminada la de Salamanca), fue reconstruida por Juan de Villanueva, y fue remodelada suprimiendo los mencionados dos pisos (lo que mejoró sus proporciones) y cerrando las esquinas con arcos para la entrada de las calles, al modo de la de Salamanca.


Comentarios

  1. (8) Cuida la presentación Dejas los dos colores de la web donde lo has copiado.
    La siguiente obra corresponde al arte neoclásico y Goya, pero tendrás que esperar a que lo veamos la semana que viene. La fecha límite de entrega será el lunes 20 de abril. Frescos de San Antonio de la Florida de Goya.

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  2. Jaime, con lo bien que ibas llevas ya dos obras sin hacer. Ni los frescos de Goya ni la obra de COurbet. La última obra comentada será la correspondiente al Arte del siglo XX. La que te coca a ti es: Pequeña materia roja, de Tápies.

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