Botticelli
Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi, apodado Sandro Botticelli (Florencia, 1445-1510), fue el pintor favorito de la Corte de Lorenzo de Médicis, en un momento de fundamental importancia para el florecimiento de las artes en la Florencia del siglo XV,conocido como la “Edad de Oro florentina”.Pero el pintor también vivió momentos convulsos como los que propició las prédicas del monje dominico Girolamo Savonarola (las “quemas de las vanidades”), toda una crítica al poder bajo un enfoque religioso y moral.
En el mismo año del nacimiento de Botticelli,Domenico Veneziano acababa de concluir la maravillosa Conversación para la iglesia de Santa María de Magnoli y Fra Angelico, los frescos del convento de San Marcos. El apodode Botticelli puede deberse a su robusta constitución, o a que uno de sus hermanos fuera orfebre (batigello en florentino) o como cuenta Vasari, su padre, disgustado por el nulo interés de su hijo por el estudio, lo metióde aprendiz en el taller de un amigo suyo orfebre.
Gracias a las buenas relaciones entre su familia y la de los Vespucci, que eran vecinos de la familia de los Filipepi, Sandro pudo entrar como aprendiz en el taller que Filippo Lippi tenía en Prato en 1464, el mismo año que moría el patriarca de los Médicis, Cosme.Tanto se aplicó el joven Sandro en la tarea de pintor, que a los tres años logró entrar en el taller de uno de los grandes pintores de la ciudad, Verrocchio, y muy poco después, alrededor de 1470, ya tenía su propio taller(botega). En ese mismo año pintó su famosa Fortaleza para el Tribunal de la Mercanzia de Florencia, que forma parte de la serie las Virtudes.
Entre sus obras de comienzos de la década de 1470 destaca la pintura de tema religioso la Historia de Judit o las dos Adoración de los Reyes Magos (ahora en Londres). En 1475 incluye su propio retrato en uno de sus cuadros más célebres, Adoración de los Reyes Magos (Palacio de los Uffizi, Florencia). Junto a su propio autorretrato también están representados muchos miembros de la familia Médicis y otros destacados personajes de su corte, como Gaspare di Zanobi del Lama.
A principios de la década de 1480 recibe uno de los encargos más importantes fuera de Florencia, participar en la Capilla Sixtina.Gracias a las buenas relaciones que se habían establecido entre el Papa y los Médicis, una nutrida representación de artistas florentinosfueron llamados a pintar al fresco las paredes de la nueva Capella Magna Palatti Apostolici,entre ellos, además de Sandro Botticelli estaban Pietro Perugino, Cosimo Rosselli y Domenico Ghirlandaio.
Aunque los pintores se habían comprometido aterminar el trabajo para el 15 de marzo de 1482, hubo que esperar hasta octubre del mismo año para poder contemplar las diez historias enfrentadas del Antiguo Testamento. A Botticelli le correspondió pintar algunos de los episodios más representativos del paralelismo de Moisés y de Cristo, en concreto las pruebas de Moisés y de Cristo.
Al año siguiente, realiza la historia de Nastagio degli Onesti (hoy en el Museo del Prado), con la que se celebra la boda de Gianozzo Puci y Lucrecia Binni, como queda patente por la representación en el lienzo de los escudos de las dos familias. Este cuadro es interesante porque confirma que Sandro participó también en el mercado de la decoración de los cassoni matrimoniales.
En estas mismas fechas realiza algunos de sus cuadros más famosos: La primavera, El nacimiento de Venus, Venus y Marte o Palas y el centauro. Vasari describe así las dos primeras obras, “el Nacimiento de Venus que llega a la tierra con los amorcillos, empujada por las brisas, y el otro también una Venus en compañía de las Gracias, que arrojan flores como símbolo de la primavera”.
Al año siguiente, Sandro Botticelli empieza a dibujar las ilustraciones que hizo para la Divina Comedia de Dante, un encargo de Pierfrancesco de Médicis, un hecho que confirma que a pesar de sus nuevas convicciones ideológicas motivadas por las predicaciones de Savonarola, seguía siendo un pintor de éxito que contaba con el favor de la familia más poderosa de la ciudad.
En 1498, año en que Savonarola fue quemado en la hoguera, Botticelli seguía trabajando para los Vespucci en la decoración de la nueva casa familiar en la vía Servi. Dos años después comienza a pintar unas obras que sobresalen por su extraordinaria modernidad, las Historias de san Cenobio, un óleo en el que el espacio se convierte en el principal instrumento de negación de los equilibrios renacentistas. Este mismo aspecto lo vuelve a repetir en La Natividad, una obra que tiene una gran carga de misticismo religioso. Según Matteo Mancini, “bajo una aparente y sospechosa recuperación de motivos formales de origen medieval, nos encontramos con una verdadera declaración a favor de la Renovatio de Savonarola”.
Este dramatismo místico se trasluce solo en sus óleos porque siguió disfrutando del prestigio social, como lo prueba el hecho de que Botticelli participase en la comisión que debía elegir la ubicación del David de Miguel Ángeljunto a artistas como Leonardo da Vinci, Filippino Lippi, Giuliano da Sangallo y Cosimo Rossell.
El 17 de mayo de 1510 muere en la ciudad de Florencia.
Hecho por Rafael García
No se trata de su biografía. Lo importante es el cometario de sus obras.(6)
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